Después de cuatro agónicos años, Elif liberó a mis abuelos de su yugo. Ellos –sumidos bajo el hechizo de la novela turca- detenían sus actividades para observar la desafortunada vida de la chiquilla quien, así como Daniela de Padres e Hijos, los colombianos vieron crecer a través de la pantalla chica.
Ese día, el final anunciado de Elif, vi a mi abuela deslizando ágilmente su escoba sobre el suelo mientras el vaivén del polvo hacía lo suyo. Ahí le pregunté:
“Mami, ¿ya sabes que hoy se acaba Elif?”
“Si, mijita”, respondió, “Pero le van a dar y que un final abrupto”.
¿Final abrupto? Sí, porque según mi abuela decidieron cortar la emisión de la telenovela antes de su verdadero final. Para eso tendríamos que esperar otro año más, pensé. Pero la curiosidad mató al gato, y en este caso quise averiguar qué le veían de atractivo mis abuelos a esa historia.
Así es como descubrí que la parrilla de la tarde de Caracol Televisión estaba inundada de novelas turcas, y que de hecho Elif era la menos favorita de ellos. Antes de la historia de la niña estaban Lazos de Sangre (Paramparça) y Omer, sueños robados (Yaralı Kuşlar), dos telenovelas provenientes de la República de Turquía.
Sin embargo, ninguna de estas historias ha tenido la trascendencia de Elif en la cotidianidad de los colombianos. A pesar de que no superó a Padres e Hijos, un ícono de la televisión nacional que duró 16 años al aire con más de 3600 capítulos emitidos, la serie turca será recordada como una “historia sin fin”.
Fueron cuatro años en los que Colombia vio el desarrollo de esta serie, con más de 900 capítulos lanzados en Caracol Televisión y manteniendo un rating promedio de aproximadamente 5.7 puntos. Estos fueron divididos en cinco temporadas en las que la incógnita era más o menos la siguiente:
“A Elif la secuestraban a cada rato”, decía mi abuela.
“¿Cuántas veces sucedió esto?”, pregunté inocente.
“¡Uhhh. Un pocotón”, respondió.
En resumen, la trama de la historia se centra en la vida de Melek, una joven que se enamora de Kenan, hijo mayor de la familia Emiroğlu, en la casa donde labora. Pese a que el sentimiento es correspondido, es un amor imposible pues la madre de Kenan no acepta esta relación. Al mejor estilo de las telenovelas mexicanas, esta mujer envía a una Melek embarazada fuera, haciéndole creer que su hijo no quería saber nada de ella.
Ahí es donde nace Elif, cuya vida está marcada pues debe escapar de Veysel, su padrastro y esposo de Melek, quien tiene la intención de vender a la pequeña para saldar sus deudas. Así pues, su madre decide entregarla al cuidado de Ayşe, una de las sirvientas de la mansión Emiroğlu para salvarla.
El primer capítulo de esta historia fue emitido el 15 de septiembre de 2014 en el Kanal 7 de Turquía. Para su distribución, el nombre de la serie más larga emitida en Colombia permaneció igual, salvo en Puerto Rico donde se nombró como Llegaste tú.
Pero la trascendencia de esta historia no se limitó a eso. Esta telenovela marcó un antes y un después en el país, siendo materia de conversación en redes sociales. Los memes de Elif eran recurrentes en estos escenarios, siempre apelando a la duración de la novela. ¿Cuántos capítulos más hacen falta? Era el interrogante popular.
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En realidad, con Elif y las novelas turcas, mis abuelos median el tiempo.
“¿Ya están dando Elif? ¡Anda mijo, ya son las cinco y pico!”, decía mi abuela un día cualquiera.
De hecho, mi abuelo Mayo esperaba los comerciales para ir a hacer los mandados, o cocinar la comida. Era común escucharlo decir “lo hago ahora que den propaganda” cuando le pedía que algún favor de manera encarecida.
Así que temprano tomé la decisión: quería estar con ellos ese día en que la novela, de la que no se despegaban, emitiera su último capítulo.
A las 5:24 minutos escuché el grito de mi abuela, llamándome por la casa para darme a conocer que el final había llegado. Omer, sueños robados, finalizaba su emisión para dar paso a Elif, una historia de la que, a pesar de mis múltiples intentos, no entendía nada.
Sin duda mi primer pensamiento cuando vi los primeros minutos del capítulo fue la semejanza de este con los formatos de las telenovelas mexicanas. Esto, según Omar Rincón, crítico de televisión, es uno de los factores que ha hecho que estas series provenientes de Turquía tengan tanto éxito en Colombia.
“Las novelas turcas representan un renacimiento del melodráma clásico”, declaró a Publímetro, asegurando que los elementos que la hacen llamativa son las que integraban las novelas de antaño, como “las familias encontradas, amores imposibles, pasados desconocidos y venganzas perfectas”.
Pero lo más destacable fue el final en sí. Definitivamente fue un final abrupto que le hizo decir a mi abuelo:
“Te lo dije, esperamos cuatro años para eso. Voy a guardar el carro”.
Mi abuela quedó indignada con el final de Elif JAJAJAJA pic.twitter.com/x9OCD5wKZo
— Lu (@luseguraa1) March 6, 2020
¿QUÉ? ¿ESO FUE TODO? ¿ESPERE 4 AÑOS PARA UNA PUTA TOMA SIN SABER SI QUEDARON VIVOS? NI SIQUIERA LE DIERON LA HERENCIA A ELIF, MALDITA SEA.
— Sai Emiroglu (@zimonrock) March 6, 2020
Aunque muchos están felices –como yo- por el final de esta serie, no hay que cantar victoria. Caracol Televisión seguirá apostándole a las novelas turcas y, en mi caso, mis abuelos seguirán presos durante varios meses más.
No obstante, es una pequeña victoria. Ganamos, ¿pero a qué precio? Ya no tendremos material para memes sobre Elif y su eterno reinado, y no podrá ser comparada con Amparo Grisales, en una pelea de quien dura más en nuestro territorio.